Suele ocurrir que al ir acabando el
proyecto, incluso una vez concluido, aparecen las prisas para
realizar una memoria del mismo, que no suele recoger todas las
incidencias y aprendizajes que adquirimos por nuestro paso en el
taller. Por ello, se hace imprescindible la constancia en anotar
todas esas incidencias que aparecen en cada sesión de taller, e
incluso recopilar los datos que luego serán necesarios para obtener
una memoria lo más correcta y fidedigna posible
Asistir al taller con el cuaderno de
clase es por tanto imprescindible. En él anotaremos cada día el
diario de clase y el proceso de fabricación, es decir, qué ha hecho
cada miembro del grupo y cómo ha avanzado al construcción del
proyecto. Además debemos incluir en nuestros apuntes diarios, todos
los problemas y soluciones que vamos encontrando.
¿Cómo saber que tenemos un problema o
encontramos una solución? La respuesta simple, sería que en cada
ocasión que llamamos al profesor de clase para que nos ayude en la
construcción, estamos ante un problema, pero no es solo eso, los
compañeros de clase también nos dan soluciones y de ellos también
aprendemos en el taller de tecnología. Un pormenorizado listado de
todos esos pequeños y grandes aprendizajes nos dejaría bien claro
todos los conocimientos que adquirimos por nuestro paso en el área
taller.
También debemos anotar en el
aula-taller todas las medidas de las piezas que vamos realizando,
porque es mejor anotarlo conforme lo vamos construyendo que intentar
medirlo todo a la carrera el último día.
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